El restaurante Atalaya sigue consolidando su enfoque culinario
Ubicado en Alcossebre (Castellón), el producto del mar y el respeto por el entorno del Restaruante Atalaya son protagonistas. Además, Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci, las mentes detrás del proyecto, han puesto un énfasis especial en el bienestar de su equipo, valor fundamental en su gestión.
Renovación para el confort y protagonismo del comensal
Atalaya, con una estrella Michelin, ha experimentado una renovación del espacio que ha transformado el comedor en una sala más luminosa y abierta, donde el comensal es el verdadero protagonista. Este cambio responde a la evolución natural del restaurante, que busca constantemente ofrecer una experiencia única. Desde sus humildes inicios en 2015, cuando usaban servilletas de Ikea, hasta el presente, con una trayectoria llena de éxitos, el crecimiento del local ha sido notable.
La más reciente remodelación ha abierto la cocina hacia la sala, añadiendo un toque de elegancia que permite a los clientes ser testigos del proceso creativo y artesanal que ocurre tras los fogones. La cocina de Atalaya, que siempre ha mostrado un profundo respeto por el entorno, ha ido acercándose cada vez más al producto de mar, una evolución natural para un restaurante tan cerca del Mediterráneo.
Propuestas de temporada y sostenibilidad
Con el otoño llega una despensa especialmente generosa. Atalaya ajusta sus menús para aprovechar los productos de cada estación, ofreciendo opciones que van desde los 60 hasta los 80 euros, dependiendo de la longitud del menú. Además, están preparando una nueva carta para las noches de invierno, lo que les permitirá seguir innovando.
Uno de los valores más importantes del restaurante es su enfoque en la sostenibilidad. Atalaya no solo se preocupa por el producto que sirve, sino también por cómo lo obtiene y cómo se conecta con su entorno. Así, su filosofía va más allá del plato: buscan crear una red de colaboración y aprendizaje continuo a través de eventos y ponencias gastronómicas.
Unir fuerzas con otros grandes chefs
Durante este otoño, Atalaya participa en varios eventos de alto nivel. Entre ellos, destaca el seis manos que tuvo lugar en el restaurante BonAmb (2**), en colaboración con el chef Alberto Ferruz. Además, próximamente, se llevará a cabo otro evento similar junto a Orobianco (1*) en Calpe. Alejandra Herrador destaca que este tipo de colaboraciones permiten llevar la gastronomía de Castellón a nuevos rincones de la Comunitat Valenciana, mientras se crean sinergias con otros cocineros y se fomenta la amistad.
“Nos gusta pensar que llevamos los productos de Castellón a todos los rincones, y que estas experiencias nos sacan de nuestra zona de confort«, afirma Alejandra. Además, este tipo de eventos también suponen una oportunidad de aprendizaje para su equipo, que acompaña a los chefs en cada una de estas aventuras.
Eventos y showcookings nacionales
La participación de Atalaya no se limita a los restaurantes. El equipo también estará presente en eventos como la Feria del Queso de Montanejos, un clásico en la provincia de Castellón, y en el festival Love to Rock en Valencia, donde se unirán a otros grandes chefs con estrella Michelin. En estos espacios, acercan la alta cocina al público general, demostrando que la gastronomía es un patrimonio común que debe ser disfrutado por todos.
El mar y la huerta: los pilares de Atalaya
Uno de los puntos en común entre Atalaya y Orobianco, que colaborarán en octubre, es su despensa mediterránea. Ambos restaurantes comparten una cercanía al mar, la huerta y la montaña, lo que se refleja en sus propuestas gastronómicas. Estos valores compartidos les han llevado a conseguir su estrella Michelin casi al mismo tiempo: Orobianco en 2023 y Atalaya en 2022.
Entre los platos que llevarán a la próxima cita destacan la lubina madurada en colágeno y cítricos valencianos, un plato que equilibra la riqueza del mar con la frescura de la huerta. También ofrecerán postres como la miel de la Sierra de Irta con almendra marcona de Capicorp, un homenaje a los productos locales de la Comunitat Valenciana.
Un proyecto de superación y crecimiento
A pesar de su éxito actual, la historia de Atalaya es un relato de superación y esfuerzo. Alejandra y Emanuel comenzaron en 2015 con poco más que un sueño y 1.000 euros. Hoy, una década después, se han consolidado como referentes de la gastronomía en Castellón, pero nunca han perdido su esencia.
El crecimiento del restaurante ha sido continuo, pero siempre priorizando el bienestar del equipo y el comensal. Alejandra y Emanuel se han asegurado de que Atalaya sea un proyecto personal, donde el amor, la alegría y la paz guían cada decisión. En su restaurante, la clave es la calma y el respeto por los ritmos de la naturaleza.
“Ahora queremos disfrutar de lo que hemos construido, seguir creciendo desde la paz y la estabilidad”, comenta Alejandra. Sin duda, el viaje de Atalaya continúa, con el mar y el bienestar como su brújula.