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Las denominaciones de origen europeas piden medidas estratégicas para asegurar el futuro de los vinos con DOP/IGP

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Las denominaciones de origen del vino en Europa, representadas por la European Federation of Origin Wines (EFOW), han presentado una serie de propuestas para impulsar un sector vitivinícola más competitivo y resiliente. Este importante paso se dio durante la primera reunión del Grupo de Alto Nivel sobre Política Vitivinícola, organizada por la Comisión Europea.

El encuentro, celebrado el pasado 11 de septiembre de 2024, ha marcado el inicio de un ciclo de reuniones que buscarán analizar la situación actual del sector vitivinícola y delinear las políticas necesarias para garantizar su crecimiento a medio y largo plazo. Entre los participantes se encontraban representantes de la Comisión Europea, Estados miembros y actores clave del sector, incluyendo a la EFOW y la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), que agrupa a las denominaciones de origen de vino de España.

El papel vital de las denominaciones de origen

Las denominaciones de origen protegidas (DOP) y las indicaciones geográficas protegidas (IGP) representan aproximadamente el 80% de las zonas vitícolas en la Unión Europea. Este modelo ha sido un éxito para el desarrollo rural y económico de muchas regiones, donde la producción de vino es, en muchos casos, la única actividad agrícola viable.

En España, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el 97% de las 961.173 hectáreas de superficie vitícola está protegida por alguna denominación de calidad, subrayando la importancia de los vinos con DOP/IGP para el tejido socioeconómico del país. Sin embargo, el sector enfrenta varios desafíos que amenazan su estabilidad y futuro.

Retos que ponen en riesgo al sector

El sector del vino europeo, aunque exitoso, se enfrenta a varios problemas que podrían afectar su sostenibilidad a largo plazo:

  • Caída en el consumo: Durante la última década, el consumo de vino ha disminuido de manera constante. Las previsiones de la Comisión Europea apuntan a que esta tendencia continuará. Además, en algunos países, las políticas públicas han adoptado una postura muy estricta frente al consumo de alcohol, afectando incluso al consumo moderado de vino.
  • Cambios en el mercado: Se ha observado una disminución en el consumo de vino tinto y una caída en las ventas de vinos tranquilos de gama media, afectadas por la creciente competencia de otras bebidas alcohólicas, cuyo consumo se mantiene estable.
  • Problemas en los mercados exteriores: La producción de vinos sin alcohol o con bajo contenido de alcohol enfrenta dificultades para despegar, mientras que los mercados de exportación se han estancado. Además, la situación geopolítica actual eleva el riesgo de conflictos comerciales que podrían perjudicar aún más al sector.
  • Impacto del cambio climático: El cambio climático es otra amenaza seria. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las lluvias torrenciales, han provocado fluctuaciones en la producción, añadiendo un nivel de inestabilidad adicional.

Las propuestas para un sector más resiliente

El presidente de la EFOW, Riccardo Ricci Curbastro, expresó su satisfacción por la iniciativa de la Comisión Europea para debatir el futuro del sector vitivinícola. En su intervención, presentó un conjunto de propuestas centradas en cinco pilares fundamentales:

  1. Apoyo al mercado: Implementar medidas específicas que ayuden a los operadores del sector que enfrentan dificultades, con un enfoque en la responsabilidad y transparencia en la aplicación de dichas medidas.
  2. Gestión del viñedo: Fortalecer y flexibilizar el régimen de autorizaciones de plantación para asegurar una gestión más eficiente del potencial vitícola, adaptándose a las necesidades del mercado.
  3. Promoción y diversificación: Mejorar las herramientas de promoción y facilitar su acceso a bodegas, cooperativas y consejos reguladores. Asimismo, aumentar los esfuerzos de
    diversificación de mercados para fomentar la competitividad y abrir nuevas oportunidades comerciales, apoyados por una estrategia comercial ambiciosa de la Unión Europea.
  4. Sostenibilidad: Fomentar la sostenibilidad mediante incentivos, no imposiciones, enfocados en la protección medioambiental y la responsabilidad social.
  5. Etiquetado preciso: Garantizar que el etiquetado de los productos sea claro y preciso para proteger la transparencia y mantener la confianza de los consumidores.

Un futuro en juego

Ricci Curbastro concluyó su intervención subrayando la necesidad de abogar por un modelo económico responsable que alineara la producción con las demandas del mercado. “Es esencial que los vinos protegidos por su origen sigan prosperando y que los productores reciban una remuneración justa. El futuro del sector vitivinícola de la UE depende de un fuerte apoyo de las instituciones europeas, no solo para garantizar su desarrollo, sino también para proteger el bienestar de las regiones rurales que dependen de él”, afirmó.

La visión desde España

Desde la perspectiva española, el presidente de la CECRV, David Palacios Algarra, destacó el apoyo de las denominaciones de origen de España a las propuestas consensuadas por las organizaciones europeas dentro de la EFOW. Para Palacios, el enfoque debe ser coherente y responsable. “No podemos fomentar un modelo que impulse la producción para luego tener que destruirla cuando el mercado cae. Las administraciones públicas y los operadores deben aplicar de manera efectiva las ayudas disponibles, especialmente en situaciones tan críticas como la actual”, afirmó Palacios, destacando la importancia de estas medidas para garantizar el futuro del sector vitivinícola en España y Europa.

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