La cadena madrileña Distrito Burger apuesta por una hamburguesa que desafía el paladar con sabores contrastantes y texturas crujientes. Solo habrá 20 unidades diarias por local durante abril.
Distrito Burger: una combinación que tiene historia
El contraste entre sabores dulces y salados no es ninguna novedad en la cocina. De hecho, sus orígenes se remontan a la Antigua Roma, donde ya era costumbre mezclar ingredientes como miel, frutas secas o especias dulces con carnes y pescados.
Platos como el Patinae —una especie de pastel salado con carne de ave, piñones, dátiles y vino— y la célebre Garum —una salsa fermentada de pescado mezclada con miel y vinagre— son prueba de una práctica milenaria. Aunque los sabores y técnicas han evolucionado, la esencia de esa combinación sigue vigente.
De la tradición a la calle
Hoy, ese equilibrio de contrastes se traslada a las cartas más innovadoras. Y es precisamente lo que ha hecho Distrito Burger con su nueva propuesta: la Piggy Jam, una hamburguesa que estará disponible solo durante abril y en edición limitada.
Esta creación se suma a la oferta de una firma conocida por llevar el concepto smash burger a otro nivel. La Piggy Jam mezcla lo dulce, lo salado y lo crujiente en un solo bocado, diseñada para sorprender incluso a los paladares más clásicos.
Así es la Piggy Jam
La receta está pensada al detalle. Parte de una base de dos discos de carne de vaca gallega cocinados en formato smash, logrando una textura exterior crujiente y un interior jugoso. Sobre ellos, se funde queso americano, se añade una generosa porción de mermelada de bacon con un marcado toque ahumado, pepinillos para dar acidez y cebolla crispy que aporta el punto crunchy.
El resultado es una hamburguesa con matices complejos y contrastes bien equilibrados, que no solo sorprende sino que invita a repetir. Y como es habitual en Distrito Burger, viene acompañada de sus ya míticas patatas fritas caseras e ilimitadas, cortadas a diario, además de una bebida. Todo el menú se ofrece a 14,90 €.


Edición limitada para auténticos fans
La Piggy Jam no es una burger cualquiera. Solo se prepararán 20 unidades al día por cada local, lo que convierte su degustación en una experiencia casi exclusiva. La oferta estará disponible durante todo abril en los nueve locales de Distrito Burger en Madrid.
Los fans más fieles podrán encontrarla también en las dos últimas aperturas de la cadena: el nuevo espacio en el Centro Comercial Parquesur (Av. Gran Bretaña, s/n. Leganés) y el local de Embajadores (calle Ferrocarril, 32).
Más allá del hype: una apuesta gastronómica
El lanzamiento de la Piggy Jam no es solo una acción puntual, sino parte del ADN de Distrito Burger. La firma ha sabido ganarse un sitio entre las hamburgueserías de referencia en Madrid gracias a una fórmula clara: ingredientes frescos, técnicas de cocción precisas y un enfoque creativo sin perder de vista lo esencial.
En este caso, la apuesta va más allá del sabor. Se trata de reivindicar que una hamburguesa puede ser también una experiencia sensorial compleja, donde lo dulce no pelea con lo salado, sino que ambos se complementan para ofrecer algo distinto.
Lo dulce y lo salado, una tendencia al alza
En los últimos años, los menús de todo tipo de restaurantes han dado cabida a platos que rompen las reglas tradicionales del sabor. Desde chocolates con sal marina hasta carnes glaseadas con miel o siropes, el contraste de sabores se ha vuelto una tendencia cada vez más presente en la gastronomía urbana.
La Piggy Jam encaja perfectamente en esa corriente. Su diseño responde a un consumidor cada vez más abierto a experimentar, que busca algo más que la clásica hamburguesa con lechuga y tomate.
Una invitación a explorar el sabor
Para quienes se atrevan a salir de lo convencional, esta edición limitada es una excusa perfecta para probar algo distinto. Cada bocado está pensado para sorprender, equilibrando sabores intensos con texturas bien definidas. Y al tratarse de una oferta limitada, la experiencia tiene un carácter aún más especial.
Distrito Burger no solo vende hamburguesas; ofrece un viaje breve pero intenso por el universo del sabor. Y durante abril, ese viaje lleva nombre propio: Piggy Jam.