Llega la primavera y el mes de mayo llenando de flores y colorido los Patios de Córdoba, reconocidos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 2012.Los Patios de Córdoba se han convertido en un elemento relevante, que se suma a los muchos atractivos que presenta ya de por sí toda Córdoba.
La Asociación Provincial de Agencias de Viajes de Córdoba en colaboración con la Diputación Provincial de Córdoba, pusieron en marcha la acción «El Color de los Patios de Córdoba» para dar a conocer y poner en valor los patios de diferentes pueblos del Córdoba a representantes de empresas del sector turístico y una representación de comunicadores especializados en Turismo y Gastronomía, entre estos últimos he tenido el privilegio de encontrarme y por lo tanto disfrutar de la iniciativa que paso a relataros.

Según señalaba Antonio Ruiz, presidente de la Diputación de Córdoba, “los patios son un elemento que se adapta a las demandas del turismo en esta nueva situación, ya que hablamos de turismo al aire libre, de una experiencia única y contamos, además, con la experiencia del Concurso Provincial de Patios, Rejas y Balcones”.
En nuestro viaje recorrimos Iznájar, Rute, Priego de Córdoba, Lucena, Cabra y Montilla, visitando los Patios más representativos y los puntos turísticos más importantes de cada localidad, disfrutando además de su rica y variada gastronomía, acompañada de productos con Denominación de Origen de la provincia. Tuvimos el mejor anfitrión y guía para la ocasión, Anselmo Córdoba promotor de la iniciativa, que con su arte nos hizo una presentación de cada lugar impecable sin olvidar anécdotas y leyendas, descubriéndonos auténticos tesoros y rincones en cada población.

Llegamos a Córdoba en el AVE, y el traslado en autobús a Iznájar ya nos regalaba un atardecer de ensueño para el recuerdo. Nos alojamos en el Caserío de Iznájar, donde nos tenían preparada una cena especial con buena gastronomía de la zona y final con música de guitarra. La mañana del sábado comenzó con la visita a Iznájar. Allí descubrimos el Patio de las Comedias, nombre que le viene de las representaciones teatrales que se hacían durante el s. XVI donde se produce una explosión de colorido con las flores en su máximo apogeo destacando sobre las blancas fachadas.

Otro lugar de interés a visitar es el Castillo de Hisn-Ashar, con sus impresionantes vistas, que se eleva a 533 metros de altura rodeado por el río Genil y el arroyo de Priego, que comenzó su construcción hacia mediados del siglo VIII, continuando con sucesivas reconstrucciones y ampliaciones hasta el siglo XV. Tras una importante restauración arqueológica en 2.008 el castillo de Iznájar recupera parte de su esplendor y se hace visitable. Cuenta con uno de los aljibes más grandes de la época en el centro del Patio de armas. Aún hoy en día sigue funcionando su sistema de recogida de agua a través de la lluvia
De Iznájar nos fuimos a Rute, donde la concejala de Turismo, Mariló Peláez, nos dio la bienvenida en el Patio con Duende, un auténtico oasis originario de 1.908 donde uno podría pasarse horas sin más. El patio, que se encuentra en torno a una alberca, cuenta con limoneros centenarios, cipreses, rosales de pitiminí, claveles reventones de olor, diamelas, clavellinas, geranios y gitanillas que vuelan en el impresionante balcón que se mezclan con las plantas aromáticas como la hierbaluisa, menta, hierbabuena, mejorana, tomillo y laurel. Es poseedor de los seis primeros premios del Concurso de la Mancomunidad de la Subbética y de los tres primeros premios del Concurso Provincial organizado por la Diputación junto con la Fundación Viana. Y desde allí al Museo del Anís, tutelado por Destilerías Duende, y que alberga en su interior diferentes salas más de 700 piezas inventariadas que van desde alambiques de cobre, tinajas de barro, antigua maquinaria hasta aguardientes puros de vino del siglo XVII al XXI, hasta los actuales anisados. Por allí han pasado personajes ilustres como la Reina Doña Sofia, la baronesa Thyssen, cantantes como Luz Casal, etc.
Ya de camino a Priego de Córdoba, hicimos una parada para conocer el Patio de Carmen y su alojamiento rural, donde imparte talleres para hacer preciosos centros de flores.
Nada más llegar a Priego de Córdoba, conocida como la ciudad del agua y del Barroco, por sus múltiples fuentes y manantiales, fuimos a conocer la Fuente de la Salud (1585) y la Fuente del Río (XVI), un impresionante conjunto que recuerda las grandes fuentes de palacios, con figuras neoclásicas. En el Patio de las Carnicerías Reales nos recibieron las autoridades locales y nos deleitaron con un showcooking de gastronomía tradicional de la zona con el AOVE de la Denominación de Origen Priego de Córdoba como principal protagonista, y donde no faltó el tradicional salmorejo cordobés. Tras el almuerzo continuamos recorriendo el Barrio de la Villa, de la mano de Lucía González, responsable de promoción turística, disfrutando de su encanto, maravillosas vistas y de sus flores.
Y llegamos a Lucena, donde con “Siéntate al fresco” y sus actores visitamos los patios de la Iglesia y convento de la Madre de Dios, el del Palacio de los Condes de Santa Ana, el de la Casa Solariega de los Hermanos González Palma y el del Centro de Interpretación. Disfrutamos de un precioso concierto del Coro de Cámara Elí Hoshaná, el único que hace Música Sefardí, en el patio del Castillo del Moral y para terminar el día cenamos en el moderno patio de la Casa de los Mora con espectáculo de flamenco.

El domingo la primera parada fue en Cabra donde paseamos por sus calles, visitando algunas de sus iglesias principales, para acabar tomando un fino en el patio del Círculo de la Amistad, antiguo Casino, y que es el más antiguo de la provincia de Córdoba.

Continuamos viaje, directos a Montilla, a visitar al Lagar la Primilla, donde nos recibieron con una copa de su vino frizzante “Eterna Sonrisa” edición limitada y con fines solidarios. Allí, además de visitar sus instalaciones y conocer el proceso de sus vinos, pudimos aprender con Charo a “venenciar” el vino, aunque claramente tengo que practicar. Nuestro viaje finalizo con la comida en la Bodega de Pérez Barquero, fundada en 1905 por los tres hermanos Pérez, que elaboran una gama de vinos jóvenes, generosos, amontillados y brandis, que merece la pena probar.
Comparto lo más destacado en esta inolvidable experiencia. Os invito a descubrir cada uno de estos pueblos cuando tengáis ocasión, porque lo que ofrecen en cuanto a patios con flores, arte, vinos, paisaje y gastronomía, no os dejará indiferentes.