Con la llegada de la nueva temporada, Finca La Torre se prepara para una de las campañas más prometedoras en años. Según Víctor Pérez, gerente de la empresa y responsable de su exclusivo aceite de oliva virgen extra (AOVE), se espera que la producción sea un 30 % mayor que la del año anterior. Esta mejora se debe a que las aceitunas se encuentran en un estado de salud óptimo y su tamaño es ideal, lo que augura una calidad excepcional en el aceite resultante.
Aumento de la producción en Finca La Torre
Pérez ha estimado que este año se recolectarán 455 toneladas de aceitunas, lo que resultará en aproximadamente 78 toneladas de AOVE. La almazara malagueña, situada en Bobadilla, cultiva cuatro variedades principales: hojiblanca, arbequina, cornicabra y picudo. La variedad hojiblanca, que incluye aceitunas de olivos centenarios, es la que aporta mayor volumen a la cosecha con unas 250 toneladas, seguida de 150 toneladas de arbequina y las 55 toneladas restantes de cornicabra y picudo.
Esta campaña, que arrancó en octubre, se extenderá hasta la segunda semana de noviembre. A pesar de las condiciones climáticas contradictorias de este año, las precipitaciones de primavera y las temperaturas veraniegas han permitido un control natural de plagas y enfermedades, lo que ha contribuido a mejorar la calidad del fruto, aunque con una producción algo limitada.
Beneficios de la climatología y retos del sector
El sector oleícola ha sufrido en los últimos años debido a la sequía y las malas condiciones climáticas, pero en 2024 la situación ha mejorado. Las lluvias en primavera han sido cruciales para el desarrollo de los olivos y han permitido que Finca La Torre se encuentre en una posición privilegiada para producir uno de los aceites más exclusivos de España.
Según Víctor Pérez, “la aceituna de este año ha alcanzado un tamaño excelente, en parte gracias a los ciclos de descanso del olivo y la mejora del clima”. Las altas temperaturas del verano ayudaron a que no proliferaran las plagas, lo que resulta en una aceituna muy sana y de calidad. Este escenario es completamente distinto al del año pasado, cuando la sequía severa dañó gran parte de la cosecha, limitando la producción.
Finca La Torre: un legado milenario
Con más de 13 años de trayectoria, Finca La Torre ha logrado posicionarse como un referente en la producción de aceite de oliva virgen extra. La finca, ubicada en Antequera, cuenta con 380 hectáreas de olivar, de las cuales una parte significativa está formada por olivos centenarios de la variedad hojiblanca. Esta variedad es la estrella de la producción de la finca, reconocida por su intenso aroma y sabor.
Uno de los pilares de Finca La Torre es su modelo de producción ecológica y biodinámica. A través de una gestión sostenible, basada en la mínima intervención y el respeto por el medio ambiente, la empresa consigue obtener un AOVE que mantiene intactas las propiedades organolépticas de las aceitunas. El proceso de recolección es meticuloso: se recoge solo la cantidad de fruto que la almazara puede procesar en el mismo día, lo que garantiza que el aceite conserve sus características saludables y su sabor inigualable.
Innovación y sostenibilidad en cada paso
Comprometida con la sostenibilidad, Finca La Torre ha incorporado placas solares que cubren parte de las necesidades energéticas de la almazara, apostando por un sistema de producción verde. Además, la finca participa en varios proyectos innovadores, como Olivares Vivos, que busca la recuperación de la biodiversidad en los terrenos dedicados al cultivo del olivo. También está inmersa en iniciativas europeas como Soil Olive y Living Soils, dedicadas a la investigación y mejora del suelo y su biodiversidad.
Este enfoque integral hacia la producción sostenible y la innovación ha convertido a Finca La Torre en un ejemplo a seguir dentro del sector oleícola. A lo largo de su trayectoria, la empresa ha acumulado numerosos premios y reconocimientos por la calidad de sus aceites, consolidándose como una de las almazaras más prestigiosas del país.
Un legado que perdura
La historia de Finca La Torre se remonta a la época romana, cuando ya se cultivaban olivos en sus tierras y se procesaban aceitunas en el primer molino de piedra que se instaló en la zona. Desde entonces, la finca ha sido testigo de un largo legado que continúa hasta el día de hoy. En el año 1260 se construyó la torre vigía que da nombre a la finca, y que aún se alza sobre sus colinas, observando los vastos olivares que producen el afamado «oro líquido».
Desde 2011, bajo la dirección de Víctor Pérez, la almazara ha mantenido el compromiso de elaborar el mejor AOVE posible, respetando siempre el medio ambiente y asegurando que cada aceite producido mantenga el mismo perfil organoléptico campaña tras campaña. Con una visión clara y una pasión incansable, Finca La Torre se ha establecido como líder en el sector oleícola, consolidando su legado milenario y su enfoque hacia una agricultura sostenible.