La época en la que pedir comida a domicilio era sinónimo de un fracaso culinario o una solución de emergencia para solteros que encontraban su nevera vacía ha quedado atrás.
La pandemia ha transformado nuestros hábitos culturales, obligándonos a adaptarnos a nuevas realidades como el teletrabajo y la compra en línea. Dentro de estos cambios, el sector del delivery ha ganado una importancia indiscutible, pasando de ser una opción de último recurso a convertirse en una opción atractiva para disfrutar de una tarde de domingo viendo Netflix o compartiendo con amigos.
El desarrollo de la tecnología digital ha sido un catalizador en esta evolución. Ahora, con solo mover un dedo, podemos recibir un menú delicioso en la puerta de casa en tiempo récord.
Según el último informe de Statista, la pandemia marcó un antes y un después en el mercado online de reparto de comida, consolidando este servicio en nuestras vidas cotidianas. Se estima que más de 1.900 millones de personas piden comida por Internet, generando ingresos de cientos de millones de dólares.
El perfil del usuario de delivery también ha cambiado. Ya no es una opción exclusiva para los jóvenes; las estadísticas muestran que hombres y mujeres de entre 35 y 44 años utilizan este servicio casi tanto como los de entre 25 y 34 años, con una diferencia de apenas dos puntos porcentuales. Además, no hay grandes diferencias de género en el uso del servicio, con porcentajes similares entre hombres y mujeres.
El mediodía se ha convertido en un momento clave para el consumo de delivery, especialmente con la transición de las oficinas a los hogares. Un 30% de los consumidores pide comida al menos una vez a la semana, y un 24% ha incrementado su gasto en este servicio.
Las tendencias actuales muestran una inclinación hacia opciones más saludables, con un 80% de los usuarios preocupados por la calidad de su alimentación.
Los restaurantes han respondido a esta demanda, utilizando el delivery como una forma de expandir sus ingresos en un mercado altamente competitivo. La oferta de comida a domicilio ya no se limita a la comida rápida; ahora incluye cocina de autor y platos bien presentados, garantizando una experiencia gastronómica segura y placentera para el cliente.
En cuanto a los gigantes del mercado, Delivery Hero sigue liderando, siendo el principal accionista de Glovo, la empresa líder en España. Con una valoración de más de 10.000 millones de euros y operaciones en más de 70 países, domina el sector junto con Just Eat TakeAway, que ha implementado un modelo de negocio con repartidores propios con contrato laboral.
Las motivaciones para pedir comida a domicilio varían: un 26% de los españoles lo hace porque no le apetece cocinar ni limpiar, un 22% quiere darse un capricho y un 13% ve el delivery como un ritual semanal. Las principales ocasiones para pedir a domicilio incluyen socializar (37%), ver una serie o película (29%) y, cada vez más, trabajar o estudiar (7%).
Las innovaciones en el sector no cesan. Aplicaciones como Too Good To Go, que lucha contra el desperdicio de alimentos, han captado la atención incluso de medios internacionales. Por otro lado, Timeleft, del que hemos hablado hace pocas fechas, busca combatir la soledad urbana organizando cenas con desconocidos afines, promoviendo conexiones auténticas y en persona.
El sector del delivery ha evolucionado significativamente, adaptándose a las nuevas demandas y tendencias de consumo. Ha dejado de ser una solución de emergencia para convertirse en una parte esencial de nuestra rutina diaria, ofreciendo una amplia variedad de opciones que van desde comida rápida hasta alta cocina, siempre con un enfoque en la calidad y la conveniencia.