SOS Rural, el movimiento que agrupa a centenares de organizaciones del mundo rural y que nació el pasado mes de abril, ha pedido la “inmediata destitución de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, por inducir de forma consciente a la ruina de los productores de fresa de Huelva”. La plataforma denuncia que la Ribera ha “perjudicado a sabiendas y de forma indignante y escandalosa a miles de productores y sus familias”, en una “inexplicable maniobra de sumisión a lobbies alemanes que defienden intereses absolutamente ajenos a los del sector primario español”. Se trata, asegura SOS Rural, de una “traición inédita de un responsable público a los intereses del campo español, que son intereses estratégicos de país”.
Del mismo modo, SOS Rural se pregunta “dónde está el ministro de Agricultura, Luis Planas”, que merece un “reproche público” por su “pasividad e intrascendencia” en este “sangrante caso de ataque al mundo rural español”.
La campaña contra la fresa de Huelva, aplaudida por el Gobierno español, hasta el punto de dar la bienvenida, recibir y estimular una visita de diputados alemanes ecologistas y de izquierdas a Doñana para agravar la campaña antiespañola, ha sido puesta en marcha por Campact, una organización que ejerce de lobby para presionar a los supermercados germanos para que no distribuyan la fresa de Huelva, en supuesta respuesta a las políticas de ampliación de regadíos de la Junta de Andalucía. Esta iniciativa alemana ha sido alimentada y amplificada por Teresa Ribera y Pedro Sánchez.
Compact lanza las campañas que considera oportunas por internet y pide a la ciudadanía firmas para sostener sus demandas e impulsa temas como el «progreso social, ecológico y democrático». En concreto, con la coartada de apoyar iniciativas que forman parte de los programas de los partidos de izquierdas alemanes, sirven a intereses concretos, como en este caso a los productores alemanes, cuyas fresas son más caras que la españolas. Su impulsor es Cristóbal Bautz, conocido por sus postulados anticapitalistas y antieuropeos, pero no está solo. Junto a él figuran en la directiva Astrid Deilman, que fue portavoz de la organización ecologista WWF, la misma que llevó a la Comisión Europea la denuncia contra la ley de regadíos en el entorno de Doñana.
Ante esta “inaceptable injerencia de Alemania en España, bendecida por el Gobierno de Sánchez, SOS quiere expresar su apoyo a los productores de Huelva”. La organización, además, pide “blindar por ley los regadíos en España”, que son blanco de “ataques muy bien organizados de lobbies de intereses dispares, pero coincidentes en su afán por eliminar paulatinamente la histórica fuerza que tenía el sector primario español”.
Recuerda SOS Rural que el actual Gobierno no ha cumplido con el comprometido trasvase a los regantes del entorno de Doñana y ha recortado el Tajo-Segura, castigando así a los productores españoles. Y mientras abre las puertas a los productos marroquíes, “que llegan a España con menos exigencias sanitarias” que los nacionales y con unos usos productivos, entre ellos la mano de obra en condiciones precarias, lo que facilita una desleal ruptura del mercado.