El negocio de las tartas de queso ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos, haciendo de este un postre imprescindible para muchos consumidores.
La cadena de restauración Viena Capellanes, tras una trayectoria de 150 años, sabe la importancia que tiene reinventarse y adaptar los productos a la demanda de sus clientes y del mercado en general. Por eso, han querido lanzar su propia tarta de queso cocida, incorporando este producto en su oferta, adaptándolo a los valores de negocio de la compañía: la artesanía y tradición, la materia prima de calidad y los productos de proximidad.
Para llevar a cabo este dulce, Viena Capellanes ha colaborado estrechamente con Quesos La Cabezuela. Esta colaboración se produce gracias a que ambas compañías madrileñas comparten la misma filosofía empresarial. Quesos La Cabezuela es una empresa familiar, regentada por los Royuela-Campos. Además, todo el proceso de elaboración de los productos se realiza de forma artesanal, en la misma línea de producción tradicional de Viena Capellanes.
Otro de los factores diferenciales de estos quesos es que, además de ser un producto de excelente calidad, se producen con leche de cabras madrileñas de la Sierra de Guadarrama.
Para este producto, mantener el sabor a queso era imprescindible, para ello, no se ha añadido ningún tipo de salsa o topping, y tampoco está previsto hacer versiones de otros sabores. Además, para que no tenga un gusto excesivamente dulce, el nuevo postre no lleva azúcar; en su lugar, se añade xilitol, un edulcorante natural con bajo índice glucémico.
Esta tarta de queso, pensada para 2-3 personas, se presentará en un molde de papel con un aro de madera, tal y cómo se cuece en el horno.
Además, al estar elaborado con materias primas de la Comunidad y ser fruto de la colaboración entre dos empresas madrileñas, este producto está acreditado con el sello “M Producto Certificado”, la marca de garantía de los Alimentos de Madrid.