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Viena Capellanes endulza Madrid con sus rosquillas más castizas por San Isidro

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Viena Capellanes y sus más de 90.000 unidades de sus tradicionales rosquillas —entre listas, tontas, francesas y Santa Clara— se preparan para conquistar de nuevo los paladares madrileños en esta festividad.

Un clásico que nunca falla en San Isidro, de la mano de Viena Capellanes

Madrid celebra un año más a su patrón, San Isidro Labrador, y con él, uno de los ritos gastronómicos más entrañables de la capital: las rosquillas típicas de estas fechas. Como cada mayo, Viena Capellanes, una de las pastelerías más emblemáticas de la ciudad, reafirma su compromiso con la tradición castiza, repartiendo sabor por toda la región.

La compañía madrileña prevé comercializar más de 90.000 rosquillas elaboradas artesanalmente, siguiendo recetas centenarias. Tontas, listas, francesas y de Santa Clara volverán a llenar los escaparates de sus tiendas y las mesas de miles de hogares madrileños.

De lo clásico a lo gourmet

Las rosquillas listas, cubiertas por un delicado fondant de limón, siguen siendo las favoritas de los clientes. En la edición pasada, Viena Capellanes vendió más de 36.000 unidades de esta variedad, que destaca por su equilibrio entre dulzura y frescura. Les siguen las rosquillas tontas, que prescinden del glaseado pero conquistan con su sabor a anís y textura más sobria. El año pasado se comercializaron más de 18.000 de estas piezas.

Las rosquillas francesas, con almendras laminadas y un suave toque de azúcar glas, ofrecen un perfil más refinado y crujiente. Por su parte, las de Santa Clara, cubiertas con un glaseado de merengue seco, aportan una nota más tradicional y festiva. Esta diversidad de propuestas permite que haya una rosquilla para cada gusto y para cada generación.

Edición limitada: el sabor único de la Rosquilla de Violeta

Este 2025, Viena Capellanes recupera su aclamada Rosquilla de Violeta, una creación exclusiva que ha conquistado al público madrileño en los últimos años. Inspirada en los clásicos caramelos de violeta —ícono indiscutible de la cultura castiza—, esta rosquilla combina una base similar a la de merengue con una delicada infusión floral y trocitos del emblemático dulce.

Este homenaje a Madrid ha logrado posicionarse como un producto estrella durante San Isidro. Su carácter limitado y su elegante presentación la convierten en una opción irresistible tanto para locales como para turistas que desean llevarse un recuerdo comestible de la ciudad.

Más de un siglo de historia pastelera

Viena Capellanes no es solo una pastelería. Es una institución de la vida madrileña. Fundada en 1873 por D. Matías Lacasa y adquirida posteriormente por Manuel Lence, la empresa sigue en manos de la familia Lence, tras más de 110 años de historia ininterrumpida.

En la actualidad, Viena Capellanes cuenta con 26 establecimientos propios en Madrid, un moderno obrador en Alcorcón, y presencia en más de 45 empresas a través de sus Córner Viena. Además, dispone de una Escuela de Cocina y Repostería, un hotel boutique —Viena Suites— y un servicio de catering gourmet para eventos tanto corporativos como particulares.

Innovación y tradición, una receta de éxito

Pese a su fuerte arraigo en la tradición, Viena Capellanes ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. La marca cuenta con una plataforma digital propia, “MyViena”, que permite realizar pedidos online y acceder a todo su catálogo desde casa. Esta combinación entre herencia artesanal y modernidad ha permitido que la firma siga creciendo sin perder su esencia.

Entre sus líneas de producto, destacan sus platos preparados saludables, pastelería artesanal y menús especiales para celebraciones. Pero sin duda, cada primavera, las rosquillas de San Isidro se convierten en las grandes protagonistas de su oferta.

San Isidro: una cita con la cultura, la fe y el paladar

Las rosquillas forman parte de un legado mucho mayor. En San Isidro, Madrid se transforma: se llena de chulapas, organillos, verbenas y paseos por la Pradera. En ese contexto, el dulce ocupa un lugar esencial. No hay celebración que no incluya una visita al puesto de rosquillas o una merienda familiar con estos bocados.

Viena Capellanes, con su compromiso por mantener vivas las costumbres madrileñas, se consolida como un referente no solo gastronómico, sino también cultural. Sus rosquillas son, más que un producto, una tradición comestible que une generaciones y enriquece la identidad madrileña.

Una celebración con sabor a historia

Con cada rosquilla vendida, Viena Capellanes reafirma su papel en el corazón de Madrid. Su enfoque artesanal, su capacidad de innovación y su respeto por el sabor de siempre la han convertido en una de las marcas más queridas por los madrileños.

Este San Isidro 2025, las calles se llenan de sabor, color y alegría, y las rosquillas de Viena Capellanes vuelven a ser protagonistas de esta fiesta que mezcla lo religioso, lo popular y lo gastronómico como solo Madrid sabe hacerlo.

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